De gran valor. Los diferentes elementos de las Ruinas
de Trinidad, tallados por los indígenas guaraníes, merecen la
especial atención de los visitantes.
Cada año se tiene una tendencia de incremento del número de turistas que visitan la zona histórica, y la mayoría de los visitantes son paraguayos. Unas 7.500 personas llegaron en enero a recorrer el sitio.
Por Raúl Cortese
ENCARNACIÓN
Las atractivas Misiones Jesuíticas de Trinidad, en el Departamento de Itapúa, constituyen un lugar ideal para visitar en Semana Santa. El sitio se encuentra abierto desde las 7.00 hasta las 19.00 en horario corrido de lunes a lunes, y de jueves a domingo, a partir de las 19.30 para el evento de luces y sonido. El costo de las entradas es G. 25.000 (para extranjeros); G. 15.000 (para paraguayos) y G. 5.000 para quienes residen en Itapúa.
Para realizar las reservas para alguna jornada en las Ruinas, se pueden comunicar al (0985) 772-803, con Édgar Paredes, encargado general de las Reducciones de Trinidad, o consultar en la página web de la Secretaría Nacional de Turismo (Senatur). Al sitio se llega por la ruta 6, luego de recorrer cerca de 40 km desde Encarnación.
"Todos los años estamos teniendo una tendencia de incremento del número de turistas que visitan las reducciones, enero hemos cerrado con una cantidad de 7.500 personas que llegaron hasta el sitio", explicaba el encargado.
La mayoría son personas residentes en distintos sitios del país y en menor cantidad extranjeros, la mayoría europeos.
ALGO DE HISTORIA. Romina Vázquez, guía turística de las Reducciones de Trinidad por la Secretaría de Turismo, sin sueldo fijo, aclara que lo que le "dan de propina los turistas, ese es mi sueldo", cuando somos recibidos para poder ingresar con ella y recorrer las Reducciones Jesuíticas de Trinidad, declaradas Patrimonio Universal de la Humanidad.
Un recorrido de unos 45 minutos, en donde se recibe una impresionante cantidad de información mientras nutre la vista con el testimonio edilicio de lo que fue construido en el siglo XVII y forman parte del casco principal de la población de una organización muy bien instruida por los padres jesuitas.
"Una de las facetas más importantes ha sido la disciplina que se ejecutaba con el cumplimiento de leyes en donde existían sanciones y castigos, como la prisión e inclusive el castigo físico en público", nos ilustra Romina. Cuesta creer que recién en la década de los setenta, estas imponentes reducciones comenzaran a llamar la atención de la ciudadanía paraguaya, una ciudad perdida cubierta por sus propios escombros y devorada por la naturaleza del propio lugar.
Numerosas piezas, esculturas talladas por los mismos guaraníes fueron resguardadas por los propios escombros de la construcción y hoy forman parte de las reducciones, siendo exhibidas en la capilla del lugar, 17 en total. "Pero muchas otras, luego de la expulsión de los jesuitas, fueron robadas por las invasiones sufridas y hasta representantes de la misma corona en Paraguay y aventureros que terminaron llevándose consigo piezas únicas con la policromía original del siglo XVIII", explica Romina.
Fuente: Ultima Hora
ENCARNACIÓN
Las atractivas Misiones Jesuíticas de Trinidad, en el Departamento de Itapúa, constituyen un lugar ideal para visitar en Semana Santa. El sitio se encuentra abierto desde las 7.00 hasta las 19.00 en horario corrido de lunes a lunes, y de jueves a domingo, a partir de las 19.30 para el evento de luces y sonido. El costo de las entradas es G. 25.000 (para extranjeros); G. 15.000 (para paraguayos) y G. 5.000 para quienes residen en Itapúa.
Para realizar las reservas para alguna jornada en las Ruinas, se pueden comunicar al (0985) 772-803, con Édgar Paredes, encargado general de las Reducciones de Trinidad, o consultar en la página web de la Secretaría Nacional de Turismo (Senatur). Al sitio se llega por la ruta 6, luego de recorrer cerca de 40 km desde Encarnación.
"Todos los años estamos teniendo una tendencia de incremento del número de turistas que visitan las reducciones, enero hemos cerrado con una cantidad de 7.500 personas que llegaron hasta el sitio", explicaba el encargado.
La mayoría son personas residentes en distintos sitios del país y en menor cantidad extranjeros, la mayoría europeos.
ALGO DE HISTORIA. Romina Vázquez, guía turística de las Reducciones de Trinidad por la Secretaría de Turismo, sin sueldo fijo, aclara que lo que le "dan de propina los turistas, ese es mi sueldo", cuando somos recibidos para poder ingresar con ella y recorrer las Reducciones Jesuíticas de Trinidad, declaradas Patrimonio Universal de la Humanidad.
Un recorrido de unos 45 minutos, en donde se recibe una impresionante cantidad de información mientras nutre la vista con el testimonio edilicio de lo que fue construido en el siglo XVII y forman parte del casco principal de la población de una organización muy bien instruida por los padres jesuitas.
"Una de las facetas más importantes ha sido la disciplina que se ejecutaba con el cumplimiento de leyes en donde existían sanciones y castigos, como la prisión e inclusive el castigo físico en público", nos ilustra Romina. Cuesta creer que recién en la década de los setenta, estas imponentes reducciones comenzaran a llamar la atención de la ciudadanía paraguaya, una ciudad perdida cubierta por sus propios escombros y devorada por la naturaleza del propio lugar.
Numerosas piezas, esculturas talladas por los mismos guaraníes fueron resguardadas por los propios escombros de la construcción y hoy forman parte de las reducciones, siendo exhibidas en la capilla del lugar, 17 en total. "Pero muchas otras, luego de la expulsión de los jesuitas, fueron robadas por las invasiones sufridas y hasta representantes de la misma corona en Paraguay y aventureros que terminaron llevándose consigo piezas únicas con la policromía original del siglo XVIII", explica Romina.
Fuente: Ultima Hora
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